“Juro que era la voz de mi hija” fueron las primeras palabras de una mujer chajariense que fue estafada telefónicamente.
Precisamente, la delincuente que se hizo pasar por su hija, le pedía que en forma inmediata le entregue todo el dinero que tenía en la casa como ahorro familiar, porque nuevas disposiciones económicas harían que perdieran su valor y la promesa era entregarlo al Banco que en horas se lo devolvían correctamente valuado.
Además, la delincuente no la dejaba cortar el teléfono y mantenía la conversación, precisamente para que esta mujer no compruebe con otra llamada si quien se comunicaba era precisamente su hija.
La mujer además del dinero le entregó algunas joyas, por lo que la estafa no fue concretada solamente con dinero en efectivo.
“Calculá como están, eran los ahorros de unos 40 años” confiaban a Tal Cual.
Un dato, no sorprendente pero nuevo, es que el delincuente que retira el dinero del domicilio de la mujer, totalmente encapuchado, para evitar ser reconocido por alguna cámara de seguridad, se retira de la casa y hace varias cuadras caminando, cuando en otros casos similares a pocos metros era esperado por un automóvil y emprendían la huida.
Los investigadores confían que con el seguimiento precisamente de algunas cámaras pueda encontrarse algún dato que los lleve a la identificación de los responsables de esta estafa.