Existen algunos dirigentes, muy responsables del pasado reciente, y su resultante: el estado lamentable de las cuentas públicas y el desquicio de la administración, a los que habría que avisarles que todavía faltan unos meses para arrancar la campaña en Entre Ríos.
Tendrán, en ese tiempo, todo su derecho. Primero posicionarse en su espacio. Luego competir. Espero cuando ocurra, hagan propuestas a los entrerrianos, y no críticas o señalamientos que solo son propias del contexto que ellos mismos crearon
Responsable del gobierno nacional, que comprobamos como farsante cuando prendieron la luz. Debería preguntarse en que fallaron. ¿Acaso no era miembro del equipo económico que adoptó medidas al que ex – viceministro Gabriel Rubinstein, hace solo unas horas, puso todo su reparo?
Tal vez ese sea el camino: autocrítica. Es permanente la descalificación que hace a funcionarios del actual gobierno provincial. Pide profesionalismo y seriedad. Cabe aclarar que esta sociedad agobiada por el diario vivir, estafada en el vodevil de trompadas y videos amorosos o la comprobada corrupción no se dejará llevar por palabras grandilocuentes.
El hombre común razona con sabiduría. Solo alegará: “cuando debieron hacerlo fue un quilombo”
No se preocupe por el diario vivir del gobernador. Observe, sí, como con un tercio menos de recursos y la pesada herencia pudo equilibrar las cuentas, honrar la abultada deuda en dólares, hacer frente a los pagos de obras públicas atrasadas y reiniciarlas, tener el coraje de enfrentar el problema estructural del sistema previsional y eliminar los privilegios de la política.