Hasta 1954 para la ciencia era imposible correr una milla en menos de cuatro minutos, según las investigaciones la capacidad aeróbica humana no lo permitía. Era un objetivo que se había intentado y fracasado una y otra vez. Pero Roger Bannister, un corredor británico de larga distancia, no estaba dispuesto a aceptar que era imposible.
Él creía en su potencial, en su entrenamiento y en su capacidad para lograr lo que muchos otros consideraban imposible.
Con cada entrenamiento, Bannister visualizaba su éxito. Se veía a sí mismo corriendo con fuerza y gracia, sintiendo la victoria en su alcance. En su mente, la barrera de los cuatro minutos no era un límite insuperable, sino un desafío que estaba decidido a superar.
Finalmente, llegó el día de la carrera. Esa mañana del 6 de mayo de 1954, con el mundo mirándolo, Bannister se lanzó a la pista, decidido a hacer historia. Cada zancada lo acercaba a su objetivo, cada latido de su corazón lo impulsaba hacia adelante. Con cada inhalación, sabía que estaba un paso más cerca de lograr lo que muchos pensaban imposible.
Y el momento decisivo llegó. El cronómetro marcó 3 minutos y 59,4 segundos y el llegaba a la meta. Bannister había hecho lo imposible. Él se convirtió en un ejemplo del poder de la determinación, el trabajo duro y la creencia en uno mismo.
Ese día Roger logro de no solo romper una barrera física, sino que también romper una barrera mental, porque luego de que Bannister logró este hito, muchos otros corredores también comenzaron a correr millas en menos de cuatro minutos.
Porque, claro está, no cambió la capacidad aeróbica de los corredores, sino que cambió la creencia de que era imposible. La hazaña de Roger Bannister fue mucho más que un récord deportivo. Fue una prueba conmovedora del poder de los pensamientos y creencias en nuestras vidas.
Espero que la historia de Bannister te invite como a mi a perseguir tus sueños y recordar que que a menudo la barrera está en nuestra propia mente.
Tus pensamientos pueden llevarte a lograr eso que hoy crees imposible.
Te abrazo
Nati.
