Cinco personas fueron detenidas luego de allanamientos realizados en Concordia, en el marco de una investigación que inició por una balacera y descubrió una trama de préstamos de colombianos a narcos, quienes otorgaban microcréditos a consumidores de drogas y luego amedrentaban a tiros para cobrarles las deudas.
El sistema de créditos informales de pequeñas sumas de dinero es una realidad desde hace varios años en Entre Ríos, que creció y se expandió con la crisis. Los ciudadanos colombianos en carritos con muebles a cuestas, ofreciendo y cobrando préstamos, se ven en casi todas las ciudades. Pero también se empezó a observar esta modalidad por parte de personas del ambiente delictivo, principalmente el narcotráfico: les prestan a consumidores la plata con la que les compran la droga.
En casos en la ciudad de Concordia, se quedaban con sus tarjetas de beneficios sociales para asegurarse el cobro. En Paraná, eran ciudadanos peruanos con socios locales que desarrollaban la actividad de préstamos vinculada al tráfico de cocaína, desde el Bajo Flores de Buenos Aires. El crimen de un joven de esa nacionalidad, Jairo Tello Morales, en 2022, fue parte de las disputas que surgieron en torno a este negocio ilegal.
ANÁLISIS realizó dos investigaciones sobre esta realidad: en 2019 sobre los préstamos “gota a gota” de los colombianos, y en mayo de 2022 sobre el sistema de préstamos de narcos peruanos en Paraná.
Drogas, usura y violencia
Una investigación Policía de Concordia, a cargo de la División Criminalística y la fiscal Daniela Montangie reveló ahora un nuevo sistema de microcréditos y violencia. Todo comenzó en junio, a partir de un caso de una persona que fue a tirar tiros contra una casa e hirió a un hombre. Lo que era una simple causa de abuso de arma y lesiones, se transformó en algo más grande.
Los colombianos se dedicaban como siempre al préstamo en zonas marginales de la ciudad, con intereses relativamente bajos, pero en los últimos tiempos les resultaba cada vez más difícil cobrar. Iban a la casa de un deudor y los echaban, en algunos casos a los tiros. Entonces, apareció otra oportunidad: asociarse con los que dominan el territorio.
El clan Ayala-Miranda maneja un sector de la zona oeste de Concordia. Casi todos los implicados tienen antecedentes por portación de armas o narcomenudeo. Los colombianos les prestaban a ellos una suma de dinero con un 10% de interés semanal. Y los Ayala-Miranda prestaban pequeñas cantidades a otras personas, principalmente consumidores de drogas, que debían devolverles con un 30, 40 o 50 por ciento de interés.
Es decir, los colombianos les prestaban 500.000 pesos un lunes y pasaban el viernes a cobrar 550.000. Y la banda delictiva les prestaba a sus clientes de a 3.000, 4.000 o 5.000 pesos, quienes debían devolver mucho más. Así, los prestamistas iniciales se aseguraban el cobro que antes no podían resolver, y los narcos sumaban otra actividad a su negocio.
Los Ayala-Miranda viven en una esquina, y las siguientes viviendas linderas de la cuadra son sus puntos de venta de droga. Entonces, en la mayoría de los casos, los consumidores sacaban el préstamo y con ese dinero pasaban por el kiosco de narcomenudeo a comprar sus dosis. Adictos y endeudados, terminaban sufriendo las represalias, los aprietes y los tiroteos de la banda para que les paguen.
Allanamientos y cinco detenidos
En la investigación se reunieron evidencias de toda esta secuencia de actividades y delitos, y este viernes la Justicia autorizó una serie de allanamientos, que fueron llevados a cabo por todas las áreas de la Jefatura Departamental Concordia, como Criminalística, Investigaciones, Toxicología, las comisarías, entre otras. Incautaron aproximadamente un kilo de droga, entre cocaína y marihuana, una fuerte suma de dinero en efectivo, un revólver calibre 22, balas y anotaciones de los créditos, con nombres de a quienes les prestaban los montos y las deudas.
Cinco personas fueron detenidas, todos con antecedentes penales, hay dos prófugos y también están buscando a dos ciudadanos de nacionalidad colombiana, implicados en la trama inicial de los préstamos.
Además, se los busca para indagar el origen del dinero que ellos prestan: aducen la venta de muebles pero, en este caso, no se advirtió que tuvieran un negocio, local o actividad rentable como origen de los créditos, que desde el vamos son ilícitos. Los investigadores creen que se trata de lavado de activos provenientes de Colombia. En este sentido, no se descarta que la pesquisa tenga otras derivaciones siguiendo la ruta del dinero.