El padre Daniel Petelín, párroco de la Gruta de Lourdes y referente de Cáritas, ofreció una cruda radiografía de la situación social en los barrios populares del sur de Concordia, en diálogo con el programa «Lo que queda del día», por Oíd Mortales Radio.
Con años de experiencia en el trabajo comunitario y asistencial, el sacerdote advierte sobre el crecimiento de la pobreza y el peligroso avance del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad.
En sus declaraciones, Petelín expuso la dramática realidad que viven muchas familias de los barrios del sur de Concordia, donde se encuentra la parroquia. «Cada vez son más las personas que necesitan ayuda, más las familias que vienen al comedor de la parroquia porque no tienen otra forma de garantizar la comida diaria en sus casas», señaló. Esta creciente demanda de asistencia ha sido evidente en los últimos meses, con una notable intensificación de la crisis económica y social.
Petelín detalló que el comedor comunitario de Gruta de Lourdes ofrece cuatrocientas porciones de comida de lunes a viernes y alrededor de mil doscientas porciones los sábados. Además de la comida preparada, se distribuyen bolsas con alimentos básicos. «El trabajo que se hace es mucho, hay mucho esfuerzo y compromiso en los equipos de voluntarios y colaboradores de la parroquia que se encargan de todo esto; tenemos que preparar comidas para mil doscientas personas, y esto no sería posible sin el apoyo del Estado y las donaciones que recibimos en la parroquia», explicó el sacerdote.
El párroco subrayó que la pobreza no solo afecta el nivel económico de las familias, sino que también desestabiliza el tejido social. «La falta de trabajo y las dificultades económicas han creado una situación de desesperanza que incrementa la vulnerabilidad de las familias», afirmó. En este contexto, la pobreza no solo se manifiesta en la escasez de alimentos y recursos, sino también en el deterioro de la calidad de vida y el avance del delito, principalmente del narcotráfico.
Petelín indicó que la situación se complica aún más con el frío y el costo elevado de los servicios básicos. «Las familias enfrentan dificultades para pagar la luz, el agua y otros gastos esenciales. Este incremento en los costos es un golpe adicional para aquellos que ya tienen ingresos limitados», dijo.
Uno de los aspectos más preocupantes que abordó el referente de Cáritas Concordia es el crecimiento de las redes del narcotráfico en las zonas más afectadas por la pobreza y la vulnerabilidad social. «El narcotráfico está avanzando, y es un riesgo enorme para los jóvenes. Las bandas se aprovechan de la desesperación y la falta de oportunidades para captar a los chicos», advirtió.
El sacerdote enfatizó que el narcotráfico está exacerbando los problemas existentes en los barrios y deteriorando aún más las perspectivas de futuro para los jóvenes. «El riesgo es enorme, y cuando el narcotráfico se instala en una comunidad, es muy difícil erradicarlo», manifestó con preocupación.
También destacó la labor de la Pastoral de Adicciones y del centro de prevención y recuperación que desde hace años funciona en la órbita de la parroquia. «Estamos trabajando intensamente en la recuperación de jóvenes que padecen adicciones. Hemos establecido programas de rehabilitación y apoyo que buscan ofrecerles una alternativa de vida fuera del círculo vicioso de las drogas», explicó.
El párroco subrayó la importancia de ofrecer un entorno de contención y oportunidades para estos jóvenes. «Es fundamental que, además del apoyo profesional, les podamos dar un espacio de esperanza y reintegración social. Nosotros trabajamos con equipos multidisciplinarios que brindan atención integral, desde el acompañamiento psicológico hasta la formación laboral», indicó.
Frente a esta realidad, el padre Petelín hizo un llamado a la acción conjunta. «No podemos esperar que todo lo haga el Estado. Como comunidad, tenemos que organizarnos, ayudar a las familias que más lo necesitan y fortalecer el entramado social», afirmó. El sacerdote destacó la importancia de la participación activa de la sociedad civil, las organizaciones y las iglesias para brindar apoyo a los sectores más vulnerables.
En su visión, es crucial desarrollar proyectos que permitan a las familias superar sus dificultades. «Necesitamos ser más fuertes como comunidad. Si no nos unimos ahora, será mucho más difícil enfrentar los problemas que se vienen», remarcó.
A pesar de las dificultades, Petelín subrayó la importancia de mantener la esperanza y la solidaridad. «Primero, desde la fe, es importante no desesperarse frente a la situación social y económica. La esperanza es un motor fundamental para seguir adelante», expresó.
El sacerdote también destacó el papel crucial de las personas solidarias que colaboran en momentos difíciles. «Encontrar personas dispuestas a ayudar es maravilloso, y agradezco a quienes prestan su oído, apoyo y colaboración», dijo.
Finalmente, Petelín agradeció el trabajo de los profesionales y voluntarios que, más allá de sus funciones, muestran un gran corazón en su labor. «Es valioso y necesario que sigamos apoyándonos mutuamente para superar las adversidades. Agradezco profundamente a quienes contribuyen a hacer de nuestra comunidad un lugar mejor», concluyó.