Se desarrolló en la noche del 23 de marzo y parte de la madrugada del 24 de Marzo el acto en el que se recuerda el último eslabón de terrorismo de estado en nuestro país.
Organizado por la Mesa de la Memoria Chajarí, se hicieron presentes artistas de diferentes disciplinas, como el teatro, la danza, la pintura, la literatura y la música, presentando un programa que se extendió hasta la primera hora de este lunes 24 de marzo.
En el mismo, Jorge Morales, en representación de la Mesa, leyó un comunicado en la que se recuerda desde nuestra localidad, a quienes están desaparecidos y también sufrieron la tortura en aquellas épocas luego del Golpe Cívico – Militar.
El documento leído anoche dice textualmente:
Chajarí, 23 de marzo de 2025 – Día Nacional de la Memoria
Largo es el peregrinar que nos trajó hasta aquí desde aquella madrugada del 24 de marzo de 1976, cuando las fuerzas armadas derrocaban mediante un golpe de Estado a un gobierno constitucional.
Cuando el reloj marque la medianoche, se cumplirán 49 años de aquella nefasta jornada que sumió a nuestro país en la oscuridad, el horror y la muerte.
Son muchas las Vigilias que hemos sostenido aquí, en la plaza de la Memoria. En cada una dejamos en claro que el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional no fue otra cosa que un régimen atroz de secuestro, tortura y muerte. Una dictadura que asoló nuestro país por más de siete años y que tuvo, entre sus muchas consecuencias, 30.000 personas desaparecidas.
Recordamos, año a año, que el objetivo de la dictadura Cívico Militar Eclésiastica no fue sólo barrer con la Democracia, sino que se perseguían también fines económicos y culturales, configurando un modelo de país regresivo y socialmente injusto, sometido a los designios de las potencias occidentales.
Impunidad y ensañamiento fueron la marca de esa época. Nuestro país apenas vio una luz en la blancura de los pañuelos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Ellas nos guiaron en el camino hacia la Democracia.
Pero larga es la espera y también la lucha. Mucho tiempo pasó para empezar, apenas, a hacer justicia con los culpables, autores de delitos de lesa humanidad. Más décadas pasaron para poder reencontrarnos con nuestros hijos y nietos.
Hoy, a minutos de cumplirse el 49º aniversario de aquella noche, nos encontramos una vez más aquí, en esta plaza, como tantos antes que nosotros, en esta irrevocable labor de mantener viva la llama de la Memoria.
Irrevocable, porque nos urge traer a la vida a nuestros desaparecidos y negarles para siempre su muerte y olvido sus victimarios.
Ineludible tarear de estar aquí, en esta plaza de la Memoria, como tantas veces, para responder a los fariseos del terror y gritar a viva voz que esta lucha no quedó en el pasado. De ningún modo. Es presente puro. No es de tierras lejanas, sino nuestra, de nuestro país y nuestras comunidades.
Es ese presente el que nombra a Carmen Salvay, nacida en Chajarí, y recuerda su incansable cruzada por la Verdad, la Memoria y la Justicia, y la búsqueda de su hijo Eduardo Germano, detenido-desaparecido el 17 de diciembre de 1976 en Rosario.
Es el presente el que nombra a Néstor Carlos Confalonieri Villanueva, nacido en Chajarí y secuestrado el 22 de noviembre de 1976 en zona céntrica de Mar del Plata. Y cuyos aparentes restos no pueden ser identificados por no poder comparar su ADN con familiares.
Es el presente el que recuerda a tantos más que fueron perseguidos, torturados, exiliados, incluso, aún terminada la Dictadura.
En este presente decimos “Nunca más” al cierre de la Secretaria de DDHH de la Nación, de sus sedes en la provincia y al vaciamiento del Museo de la Memoria de la Ex Esma. La Memoria no se desmantela.
Aquí, hoy, presentes, decimos “Nunca más” al ajuste económico y a la represión feroz sobre jubilados y sobre todos quienes marchamos con ellos. Decimos “Nunca más” a la violencia institucional, a los protocolos inconstitucionales, a las granadas de gas lacrimógeno lanzadas contra el cuerpo de los civiles.
La lucha por los derechos humanos es presente puro. Y es nuestra, como nuestra es esta plaza. De Eduardo Monzón, Eduardo Viana y Mónica Fleytas.
En este presente seguimos buscando a los desaparecidos, luchando junto a Madres, Abuelas e Hijos.
Aún mantenemos viva la llama de la Memoria, por la Verdad y la Justicia.
Se lo decimos cada año, aquí. No se trata de rencores, sino de hacer justicia.
¡No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos! Qué les quedé claro a los reaccionarios de turno, embebidos de un poder que dura poco: ¡Nunca más!
