Las decisiones de las diversas gestiones, en este caso provinciales, no dejan de sorprender tratando de “dar respuesta” a una falta de fondos en un estado raquítico acotado a niveles extremos para cumplir con las obligaciones esenciales, por ejemplo, seguridad.
En este sentido los Gobiernos provinciales han definido algunas “soluciones” absolutamente impropias, que solamente tienen como objetivo tratar de demostrar alguna reacción positiva ante la crisis y que realmente no suman absolutamente nada para las soluciones concretas que un determinado sector necesita.
En el 2021, hablando de nuestra policía, las autoridades gubernamentales decidieron comprar “MONOPATINES” para que nuestros funcionarios policiales recorrieran las ciudades previniendo hechos delictivos.
En el 2024, el Gobierno Provincial entrega 100 bicicletas a la Policía de Entre Ríos, explicando que “es un medio de transporte alternativo, moderno, de bajo mantenimiento y ecológico, que se adapta a la tarea de prevención que realiza el personal de la fuerza de seguridad en las principales localidades turísticas de la provincia”.
Tanto en el 2021 y en este 2024, parece no entenderse los verdaderos problemas de las fuerzas de seguridad. Fuerza que hoy tiene sus fondos para racionamiento, equipamiento y combustible, totalmente menguados, donde funcionarios que están de guardia semanalmente “deben volver a sus hogares para almorzar o cenar” porque no hay racionamiento disponible en algunas Jefaturas Departamentales.
Ahora bien ¿esto se arregla con un monopatín o una bicicleta?, definitivamente no.
Otra pregunta ¿esto se arregla con el alineamiento de cualquier gobierno provincial con un gobierno nacional, aceptando todo, sin ningún atisbo de crítica a políticas devastadoras en términos de fondos para mantener nuestra seguridad?, definitivamente no.
¿Qué hacemos entonces?
Necesitamos dirigentes que gestionen, critiquen y convoquen a los propios entrerrianos para darle marco real a diversas soluciones más contundentes y necesarias en una Argentina que se debate en un escenario lánguido no solamente en materia de fondos sino también de ideas.
POR OSCAR ARNAU